miércoles, 16 de marzo de 2016

"El miedo"



Cuando era un cachorro, estuve 3 meses sin poder salir de casa a causa de una gastroenteritis aguda, el aislamiento al que estuve expuesto para poder sobrevivir, ya que cualquier infección podía matarme, hizo que creciera en mí un miedo irracional a todo lo que quedaba fuera de las paredes de la casa. sólo tuve contacto directo con Robert y su círculo de amigos. Fueron unos meses intensos pero salí adelante recuperándome por completo y llegó el día de salir a la calle por mi propio pié ( y no era para ir al veterinario!!!) me habían contado maravillas de la vida fuera de casa, oía algunos ruidos del exterior que entraba por la ventana y podía observar desde las alturas el mundo que me esperaba allí fuera. Pero realmente el miedo que había crecido dentro de mí le ganó a todas mis ganas de correr, conocer nuevos amigos. todo era nuevo para mí pero también me parecía peligroso. Los perros con los que me tropezaba y me olisqueaban utilizaban un lenguaje que no podía entender. Empezamos a darnos cuenta de que no encajaba, y tenía que aprender a un ritmo diferente a los demás perros.
Empezamos habituándome a los sonidos de la ciudad, trabajamos la socialización con otros amigos de mi especie. investigamos y nos formamos para poder ser un perro sano. Trabajamos duro y lo logramos.

Aplicamos terapias de relajación y métodos para controlar el estrés, aplicamos nuestro vínculo de confianza en las situaciones difíciles, consiguiendo así dar un paso al frente donde el miedo me hacía retroceder.

Hay estudios dónde dice que si tocas al perro cuando sufre algún tipo de estrés, vas a fortalecer esa actitud porque refuerzas el miedo. Nosotros nos anticipábamos al momento que iba a provocar ese desenlace controlando la energía en el lugar y manteniendo la calma transmitiéndonos tranquilidad y seguridad mutuamente.Por ejemplo, en mi tierra, Valencia, es común oír todo el año petardos, en bodas, comuniones, bautizos, pero especialmente en Marzo que son Fallas, y en Nochevieja. También tenemos nuestras bandas de música con su "passacarrer". Pero teníamos algo en nuestro favor, Robert sabía cuando se iba a realizar cada guerra de sonidos, y ahí es donde ganábamos las batallas.







 Las primeras veces costaba, pero con el tiempo dominamos los miedos y empecé a ser un perro confiado, seguro, y alegre, con una norma grabada en mi interior: confiando en Robert mis miedos quedarían atrás para siempre.

Nos hemos especializado en esta terapia, y yo soy muy sensible a la energía de otros perros que tienen una energía elevada, Junto a Robert con nuestras sesiones controlamos estas situación en e implantamos seguridad y confianza en los hogares, porque hay que establecer estos valores en los perros pero también en los dueños que se ven frustrados por no saber cómo actuar y perdiendo las riendas de estas situaciones pierdes la oportunidad de demostrar que eres un buen líder.





Siempre expongo lo que he aplicado y con mi experiencia he logrado rehabilitar, habiendo estudios que contradicen lo explicado. Nunca hablo con la verdad universal y siempre hay que cuestionar lo aprendido para mejorar.


Claves para lograr una habituación sana y efectiva:

Valorando el nivel de ansiedad estrés y miedo, mantendremos una distancia para no empeorar la situación, hay que conocer bien la personalidad del perro y tomar decisiones dependiendo las reacciones que nos vayamos a encontrar.

En la medida de lo posible, trabajar la proximación, es importante la posición relajada y que nos deje acercarnos, (sentarnos, tumbarnos, cerca de él). En todo momento mostrar tranquilidad y que se contagie nuestra sensación de seguridad hacia el perro.Conforme vaya transcurriendo la socialización, la situación se normalizará y llegará un punto en el que llegaremos a masajear tranquilamente para eliminar todo tipo de estrés formando una burbuja imaginaria a nuestro alrededor que con el tiempo irá haciéndose grande y ocupando el salón, la casa, y zona de confort al andar por la calle.

Es normal que un ruido inesperado provoque un sobresalto, hay una diferencia abismal entre el susto  y el miedo, el susto es un reflejo de supervivencia que incluso nosotros tenemos y no hay que perderlo. Si la situación se descontrola porque empieza a dominar el miedo, nos alejaremos del lugar donde estemos expuestos al ruido y una vez alejados trataremos de calmarnos primero nosotros y luego al perro.




Saludos desde Eindhoven.




Robert & Rex.

1 comentario:

  1. Mi perrita Tara en las ultimas Navidades se negó a comer por el ruido de petardos,cohetes etc. y tras muchos días en el veterinario dándole suero al no admitir alimento por la boca pues lo vomitaba nos dejó para siempre.En ese intervalo de tiempo había adquirido una diabetes y se le administraba insulina.

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